domingo, 26 de agosto de 2018

Comentario al Evangelio del XXI Domingo de Tiempo Ordnario (26 de Agosto del 2018)

XXI Domingo de Tiempo Ordinario
Evangelio segun San Juan 6, 60-69

Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: «¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?».
Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza?
¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?
El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida.
Pero hay entre ustedes algunos que no creen». En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
Y agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».
Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo.
Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?».
Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna.
Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios».


1. ¿Qué nos quiere decir Juan, en este Evangelio?

La primera novedad del evangelio de hoy es el cambio de "auditorio": Jesús dialoga ahora con sus discípulos. Son los mismos que estuvieron presentes y activos en la narración de la multiplicación de los panes; luego se hizo referencia a su traslado a la otra orilla donde tendrá lugar el discurso de Jesús sobre el pan de vida (6,22.24). Ahora el evangelio nos trae su reacción ante las palabras de Jesús: "¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?". "Duro" (sklērós σκληρός) tiene aquí el sentido de pesado, difícil de sobrellevar o aceptar. Es decir, las palabras de Jesús les resultan inaceptables; en concreto las rechazan, no adhieren a las mismas. 

Jesús, por su parte, interpreta esta queja como una murmuración. Se trata de la misma actitud que condenaba en los judíos en este mismo capítulo (6,41.43). Recordemos que la murmuración tiene como raíz el no entender el obrar de Dios. Es, en cierto sentido, lo opuesto a la fe como aceptación del misterio de Dios, los discipulos no las pueden aceptar, se frenan, se bloquean. Por tanto escandalizarse es la actitud contraria de creer-confiar-aceptar. 

En 6,62 Jesús redobla la apuesta por cuanto afirma que todavía no han visto u oído todo, pues debe subir a dónde estaba antes, esto es, junto a Dios. Tal vez se clarifique el sentido de esta expresión si recordamos lo que Jesús decía a Nicodemo: "Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. 

Por tanto, Jesús les dice a sus discípulos que su pasión será un mayor motivo de escándalo que su discurso del pan de vida; que la realidad de su muerte en cruz por la salvación de los hombres será más difícil de aceptar que su actualización sacramental en la Eucaristía. 

Siguiendo con el tema de la dificultad de creer que afecta a los discípulos, Jesús los invita a cambiar de perspectiva, de mirada, pues aquí está la raíz de la dificultad. En este contexto la expresión: "El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y son vida" (6,63) significa que las palabras de Jesús no se pueden entender con la sola capacidad humana (la carne) sino sólo con el Espíritu. La revelación que trae Jesús es una vida que sólo se comprende desde el Espíritu, y sólo el Espíritu comunica esa vida. Algo semejante le decía ya Jesús a Nicodemo cuando no entendía el sentido de "nacer de nuevo": "Lo que nace de la carne es carne, lo que nace de Espíritu es espíritu" (Jn 3,6). 

Los versículos siguientes (6,64-65) nos confirman esta interpretación pues Jesús, después de hacer referencia a la incredulidad de algunos de sus discípulos y a la traición de Judas, vuelve a insistir en que la fe es un don del Padre. Ya en 6,44 Jesús les había dicho a los judíos que "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió"; por tanto también en esto la actitud de los discípulos es equiparable a la de los judíos: se resisten a la atracción de Dios, por lo que muchos de sus discípulos dejaron de seguirlo: "se volvieron atrás y ya no caminaban con él" (v. 66). 

En síntesis: muchos de los discípulos de Jesús han tenido al final la misma actitud que los judíos, sus anteriores interlocutores. En particular comparten con estos la murmuración y la falta de fe, la cual no han sabido recibir como don del Padre. 

En 6,67 aparece identificado un nuevo grupo y auditorio: el de los doce. En el evangelio de Juan, fuera del capítulo 6, sólo en Jn 20,24 se utiliza este término para referirse a los seguidores más cercanos de Jesús; mientras que su uso es mucho más abundante y preciso en los sinópticos, por donde sabemos sus nombres y su condición de apóstoles. Lo cierto es que los “doce” son presentados como un grupo aparte de los discípulos; y a ellos en particular les dirige Jesús ahora su atención. Y lo hace de modo algo chocante, como si les leyera la expresión de sus rostros: "¿también ustedes quieren irse?". 

Pedro asume el liderazgo del grupo y toma la palabra: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios" (6,68-69) 

En primer lugar Pedro demuestra que ha entendido el mensaje de Jesús pues reconoce que sus palabras son de vida eterna (ζωῆς αἰωνίου). Varias veces a lo largo del discurso Jesús ha hablado de la vida eterna y Pedro confiesa que sólo Jesús tiene palabras de vida eterna; por ello no hay otro a quien ir. Notemos que aquí la cuestión es ante todo seguir a alguien más que a unas ideas. Así, de modo indirecto, Pedro manifiesta la intención de los doce de seguir con Jesús. Más aún, según la siguiente expresión de Pedro, los doce han creído en Jesús y lo reconocen como el Santo de Dios. Estos verbos están en tiempo "perfecto" que en griego se utiliza para una acción del pasado que se continúa en el presente. Su traducción literal sería: “hemos creído y seguimos creyendo; hemos conocido y seguimos conociendo”. Recordemos, además, que el verbo conocer en Juan no se refiere tanto a una acto intelectual sino a una comunión de vida. Es decir, por la fe "han ido a Jesús" y por el conocimiento "han entrado en comunión con su divinidad". En efecto, la expresión "santo de Dios", única vez que aparece en Juan, significa que Jesús pertenece a la esfera o dimensión de lo divino pues santo es todo aquello que está consagrado a Dios. 

En síntesis: sólo este tercer grupo (diferente de los discipulos, y de los otros ya que lo dejaron de seguir), el de los doce, ha respondido bien al signo y a la enseñanza posterior de Jesús. Han reconocido en las palabras de Jesús la revelación de la vida eterna que el Padre ofrece a todos los hombres; y la han aceptado, han creído que Jesús es el enviado del Padre para comunicar esta vida, que es el Santo de Dios.

2. ¿Qué mensaje nos trae este pasaje y qué compromiso me pide, hoy el Señor?
Hay personas con grandes dificultades para tener relaciones personales estables porque no son capaces de tomar decisiones, no son files o perservantes, son volubles, inconstantes, indecisas, al no lograr tener relaciones personales estables sufren una terrible desolación. Al igual que las relaciones ordinarias de la vida ocurre con la relación personal con Dios que la llamamos fe, la que como toda relación debemos reafirmarla continuamente, ya que tiende a la infidelidad. Y quién nos tienta contra la fe? Pues nos tientan los ídolos como son el dinero, el poder, la mentira, en el destino, la suerte o la fatalidad. 

A esto se refiere precisamente la primera lectura de hoy en donde Josué obligó al pueblo de Israel a tomar una decisión: reafirmar su fe en el Señor o decidirse por los idolos. "Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor". (Jos 24, 15)

Por su parte el Evangelio, nos cuenta que Jesús también obligó a sus discípulos a tomar una decisión. Dice el texto que "muchos de sus discípulos, al oír a Jesús, dijeron: "Esta doctrina es inadmisible ¿Quién puede aceptarla? " El Señor aclara: "Os digo que nadie puede aceptarme, si el Padre no se lo concede. Desde entonces, muchos de sus discípulos se retiraron y ya no iban con El". Sin embargo Simón Pedro dijo "Señor, ¿a quién iríamos? Tus palabras dan vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios".

Existen personas que nunca toman una decisión, todo lo dejan a la suerte, a donde los lleven las ocasiones. Si son cristianos es porque les tocó, dicen, pero no porque alguna vez hayan tomado una decisión por el Señor, por el Evangelio, por su Iglesia. Con la misma facilidad, cuando sopla un viento contrario se dejan arrastrar y van a caer a la primera secta que se les presenta o se entregan a la total indiferencia e incredulidad. 

Estas gentes no saben qué es la fe pues como dice St 1, 6-8: "Pero que pida con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar levantadas y agitadas por el viento. El que es así no espere recibir nada del Señor, ya que es un hombre interiormente dividido e inconstante en su manera de proceder."

Hay personas cuyas relaciones personales están determinadas por los intereses económicos o de otro orden, como p.e. personas que se casan por dinero o posición social, así esta relación personal de noviazgo, amistad o matrimonio, no tiene base sólida y por eso se derrumba al primer vendaval. Lo peor que así es su relación con Dios: interesada. Creen en Dios si les hace milagritos, si les da lo que le piden, si se les aparece "la Virgen" o algún ser sobrenatural, por lo que no es Dios el que le interesa sino sus "milagros".

A estas personas le dice San Agustín: "Hablaré sin rodeos al hombre avaro y le diré ¿invocas a Dios? ¿Por qué invocas a Dios? Para conseguir ganacias, me dirá., Luego, invocas a las riquezas, no a Dios... ¿Quieres invocar a Dios? Invócale gratis". Y es que si tú te relacionas con Dios exclusivamente para que te dé cosas, se trata de un negocio, de una relación interesada, y todos sabemos lo repugnantes que son las relaciones interesadas.
Las personas que a toda hora le están exigiendo a Dios maravillas, milagros, apariciones, es porque no saben quién es Dios y además, no saben tener relaciones gratuitas, sus relaciones son interesadas, son un negocio y en consecuencia estas personas no conocen el amor, porque amar es relacionarse con alguien por ser quien es, no por lo que tiene. Si esto se da en las relaciones humanas humanas !Cuanto más tenemos que decirlo en esas relaciones con Dios, que se llama fe!

La fe, como toda relacion personal, hay que confirmarla diaramente proque la fe tambien se vive como un proceso, es un caminar diario que se recorre con Dios. Y caminar con Dios es tarea de todos los dias. Es necesario que empeces el dia haciendo un acto de fe, es decir, de confianza, de fidelidad, de reconocimiento de Aquel con quien te relaciones, y a si mismo, es neceario que en medio de las tempestades de la vida reafirmes tu fe en Aquel que está contigo y no te desampara.


3. ¿Qué respuesta le voy a dar hoy al Señor?
  • ¿En qué momentos de tu vida te has sentido tentado de dejar de seguir al Señor?
  • ¿Hubo alguna circunstancia externa que lo motivara?
  • ¿Qué o quienes te ayudaron a seguir adelante?
  • ¿En qué situaciones descubro que mi opción por Jesús es un riesgo y una aventura que vale la pena recorrer a pesar de todo?
  • ¿También ustedes quieren irse?¿Que pistas descubrimos en este pasaje que nos ayudan a saber como actuar cuando a nuestras comunidades les resulte dificil seguir el camino cristiano?
  • ¿Cómo podemos ayudar quienes se encuentran en esta situacion de falta de fe?




Fuente: Varios Autores
Transcripción y Sintesis: Jorge Mogrovejo M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario al Evangelio del Domingo 27 de marzo del 2022

 IV Domingo de Cuaresma. 28/03/2022 Pericopa: Lc 15,1-3.11-32  En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para es...