domingo, 22 de julio de 2018

Evangelio del XVI Domingo de Tiempo Ordinario (22 de Julio del 2018)

DOMINGO XVI B 22 Julio 2018


Evangelio según San Mc 6, 30-34  

"Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dice: Vengan ustedes solos, a un paraje despoblado, a descansar un rato. Porque los que iban y venían eran tantos, que no les quedaba tiempo ni para comer Así que se fueron solos en barca a un paraje despoblado. Pero muchos los vieron marcharse y se dieron cuenta. De todos los poblados fueron corriendo a pie hasta allá y se les adelantaron. Al desembarcar, vio un gran gentío y sintió lástima, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas."

1.- ¿Qué nos quiere decir Marcos con este evangelio?

Los apóstoles, enviados por Jesús, vuelven a reunirse con él y le cuentan todo lo que hicieron y enseñaron. Entonces Jesús los invita a retirarse a un lugar desértico o solitario pues era tal el ir y venir de la gente que no los dejaban comer tranquilos. Notemos que la palabra «descansar» remite ya la tarea del pastor (cfr. V. 34) puesto que, según Ez 34,15 y el Sal 23,2, es propio del pastor hacer reposar a sus ovejas en verdes praderas.

Suben a la barca y se dirigen a un lugar solitario, pero una muchedumbre venida de "todas las ciudades corre" por tierra y llega antes que ellos. Marcos no da ninguna indicación precisa de dicho lugar retirado; en Lc 9,10 se dice que se trata de Betsaida. A nivel narrativo lo importante es que, por iniciativa del mismo Jesús, él y sus discípulos buscan alejarse de la gente que los requería, pero sin lograrlo pues al desembarcar se encuentran con una multitud presente allí.

Ahora se trata de ver cómo reacciona Jesús ante la gente luego del intento fallido de retirarse. El evangelista describe el sentimiento profundo que provoca en Jesús esta mirada sobre la multitud mediante el verbo splagjnízomai, que indica una conmoción visceral, a nivel de las entrañas, de allí com-pasión. Este verbo se utiliza en los evangelios de modo particular para expresar la actitud compasiva y misericordiosa de Jesús ante el hombre que sufre o que está desorientado (cf. Mc 1,41; 8,2; 9,22; Mt 9,36; 14,14; 15,32; 20,34).

A continuación se nos explica la causa o motivo de esta compasión: "porque estaban como ovejas que no tienen pastor". La imagen de las ovejas sin pastor es frecuente en el Antiguo Testamento (cf. Nm 27,17; 1Re 22,17; Ez 34,5), particularmente en el contexto de acusación hecha a los pastores/autoridades de haber abandonado al rebaño/pueblo. Por tanto, como bien dice M. Navarro Puerto: "La percepción de esta carencia por parte de Jesús suscita la sospecha sobre el ministerio de los pastores oficiales".

A la compasión, actitud más bien pasiva, interior al sujeto; sigue la acción concreta para remediar la situación que la provoca: Jesús se pone a enseñarles muchas cosas.

Esta última indicación nos precisa mejor en qué sentido la gente está como ovejas sin pastor: están desorientadas por falta de conocimiento, nadie las guía y preside por los auténticos caminos de Dios. Por esto Jesús asume el rol de buen pastor poniéndose a enseñar a la gente. En el evangelio de Marcos el enseñar es una actividad constante de Jesús como lo prueba el hecho de que de las 17 veces que aparece el verbo didaskein (enseñar), 15 se refieren a la actividad de Jesús. Lo llamativo es que no se especifica, salvo excepciones, el contenido de la enseñanza. Se dice que enseñaba por medio de parábolas (por tanto están las parábolas sobre el Reino de Dios de Mc 4); que enseñaba el camino del hijo del hombre hasta la cruz; que la casa de su Padre – el templo- debe ser casa de oración. Tal vez lo más ilustrativo es cómo describen el contenido de la enseñanza de Jesús un grupo de fariseos y herodianos que van a verlo: "Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda verdad (avlhqei,aj) el camino de Dios” (Mc 12,14). En esto último está la clave: enseña verdaderamente el camino de Dios, el modo correcto de vivir agradando a Dios. Este es entonces uno de los modos como Jesús ejerce la misión de pastor de su pueblo.

En síntesis, Jesús es presentado como el buen pastor anunciado en el Antiguo Testamento, tanto por procurar el descanso para sus apóstoles que regresan cansados de la misión como por su compasión ante la desorientación del pueblo a la que remedia con su enseñanza. 

2.-¿Qué mensaje nos trae este evangelio y qué compromiso nos pide, hoy, el Señor?
Jesús lo veía todo desde la compasión. Era su manera de ser, su primera reacción ante las personas. No soportaba ver a las personas sufriendo. Así fue recordado por las primeras generaciones cristianas. Siente compasión por la mulltitud de gente que vive desorientada y no tiene quien le guíe. A Jesús nunca le estorba la gente. La muchedumbre sentada para comer es la imagen de la humanidad que Jesús reunirá en el banquete fraternal del Reino (Lc 14,15).

“Levantó los ojos al cielo”. Este gesto de Jesús expresa su relación personal con el Padre, reemplazando cualquier oración que santos o profetas habrían hecho en tal caso. De Dios viene el pan, pues ha puesto en la tierra todo lo que necesita la humanidad para su alimento y para su desarrollo, pero los problemas de una distribución equitativa son tan complejos como la naturaleza humana, y ningún sistema puede solucionarlos hasta que no aprendamos a escuchar la palabra de Dios. A quienes la escuchan les enseña a construir un mundo de justicia, de paz y de pan compartido

Jesús sintió compasión de aquella multitud, de la que sus gobernantes se preocupaban muy poco. Toda aquella gente le había escuchado durante largo tiempo sin inquietarse lo más mínimo por su comida. Y él, a su vez, siendo el Pastor y el Pan verdadero, les dio el pan y lo distribuyó. El Evangelio de Juan comenta este milagro: Jesús es el pan que necesita la humanidad (Jn 6). Se trata de personas que no han encontrado todavía una verdadera comunidad y Jesús siente compasión por ellas. Y se puso a enseñarles largamente.

Tal vez nosotros estemos decepcionando a otros. Personas sencillas y buenas porque no ven en nosotros la compasión de Jesús. Creyentes que no saben a quién acudir, ni qué caminos seguir para encontrarse con un Dios más humano que el que perciben entre nosotros. Cristianos que se callan porque saben que su palabra no será tenida en cuenta por nadie importante de la Iglesia

Los cristianos olvidamos con demasiada frecuencia que un grupo de seguidores de Jesús, no es solo una comunidad de oración, reflexión y trabajo, sino una comunidad de descanso y disfrute. San Agustín en el siglo IV decía: “Un grupo de cristianos es un grupo de personas que rezan juntos, pero también conversan juntos. Ríen en común y se intercambian favores y bromean juntos”. Tal vez lo más importante de ese texto es que los cristianos saben rezar, pero también saben reír. Saben estar serios y saben bromear. La risa no es signo de frivolidad. Saber reír es un signo de madurez y sabiduría, que sabe relativizar lo que es relativo, sin dramatizar, sin necesidad, los problemas.

Es una risa que nace de la confianza última en ese Dios que nos mira con ternura. Una risa que distiende, libera y da fuerzas para seguir caminando. Esta risa une. Los que ríen juntos no se atacan ni se hacen daño, porque la risa verdaderamente humana nace de un corazón que sabe comprender, amar y compartir las alegría y las penas.

Las personas necesitamos hacer fiesta, ahora más que nunca. Porque estamos sometidos a un trabajo inflexible, esclavos de ocupaciones y tareas, a veces, agotadoras. Necesitamos ese descanso que nos ayude a liberarnos de la tensión, el desgaste y la fatiga acumulada a lo largo de los días. Muchos se han hecho esclavos de la productividad y han reducido el valor de la vida a la producción, la eficacia y el rendimiento laboral.

“El hombre actual ha comprado la prosperidad al precio de un poderoso empobrecimiento de sus elementos vitales”. (H. Cox). Todos corremos el riesgo de olvidar el valor último de la vida para ahogarnos en el activismo, el trabajo y la producción. La sociedad industrial nos ha hecho más laboriosos, mejor organizados, más eficaces, pero muchos piensan que la vida se les escapa tristemente de las manos, sin poder vivirla, ni disfrutarla.

No podemos reducir el descanso solo a una pausa para reponer nuestras energías agotadas, ni a una válvula de escape que nos libera de las tensiones acumuladas para volver con nuevas fuerzas al trabajo de siempre. El descanso nos tendría que ayudar a regenerar todo nuestro ser descubriéndonos nuevas dimensiones de nuestra existencia. La fiesta nos ha de recordar que la vida no es solo esfuerzo y trabajo agotador. El ser humano está hecho también para disfruta, para jugar, para gozar de la amistad. Tenemos que aprender a hacer vacaciones de otra manera. No es cuestión de pasarlo bien, a toda costa, sino de saber disfrutar con sencillez y agradecimiento de los amigos, la familia, la naturaleza, el silencio, el juego, la música, la convivencia.

Hay un cansancio más profundo que la mera fatiga del trabajo. Un cansancio que puede instalarse en nuestra vida y que no desaparece por tomarnos unas vacaciones. Hay cansancio que nace de la dispersión. Cuando alguien vive dividido interiormente, arrastrado por toda clase de contradicciones y sin coherencia personal, ponto experimenta el desasosiego, la inseguridad y el agotamiento. La vida se hace difícil, las relaciones se crispan, la salud se quiebra.

Para descansar es necesario recuperar la unidad interior y ser fiel a la propia conciencia. La persona que se siente integrada vuelve a experimentar la fuerza interior y la paz. Para el creyente la vida es un regalo de Dios que hay que agradecer, disfrutar y compartir intensamente cada día.

El evangelio nos recuerda la invitación de Jesús: “Venid a un lugar tranquilo para descansar”.

Una de las cosas que más se echa en falta en el mundo de hoy, sobre todo en el de los jóvenes, es la fuerza atractiva y la ejemplaridad de auténticos líderes. Muchos que se presentaban como los nuevos salvadores han defraudado por su ambición de poder y dinero, y por su falta de honestidad personal.

Estamos como ovejas sin pastor, sin saber qué hacer, hacia donde dirigirnos y como vivir para sentirnos realizados y felices, después de haber recibido tantas ofertas. Pero no es cuestión de tener muchas ofertas, sino que alguien nos ofrezca lo que realmente necesitamos.

La enseñanza, primero, y la ayuda real, después, son consecuencias de la compasión de Jesús. Un pueblo sin líderes, una muchedumbre sin guía, llena de misericordia su corazón. Los dicípulos, testigos de su compasión, deberán ponerse a su servicio para que Jesús alcance a toda una muchedumbre necesitada. La vinculación que une a Jesús y a los discípulos es que comparten la misma tarea. Él es el modelo con el que se tienen que identifcar sus apóstoles.

3.- ¿Qué respuesta le voya dar, hoy, al Señor?

¿Busco momentos de soledad junto con el maestro, para serenarme, recobrar fuerzas y conocer la volunta de Dios ?

¿Me acepto como soy, valorándome por las capacidades recibodas y las oportunidades me presenta la vida?

¿Me siento libre frente a mí mismo, capaz de enterrar el pasado, para vivir el presente?



Fuente: Celam Lectio Divina - P. Felipe Mayordomo
Sintesis: Jorge Mogrovejo M.

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